Incubadoras y Aceleradoras de Negocios
En el mundo del emprendimiento y la innovación, las startups atraviesan diferentes etapas para alcanzar el éxito.
Los jóvenes que se aventuran en este camino suelen tener muchas dificultades para lograr que su idea de negocio progrese. Por tal motivo, ciertas entidades se dedican a apoyar a estas pequeñas empresas con el objetivo de reducir el porcentaje de fracasos.
Es aquí donde los términos incubadora y aceleradora aparecen. Aunque ambos sean diferentes en propósito, resultan indispensables para aquellos empresarios con pocos recursos o experiencia. A continuación, desarrollaremos sus principales roles:
Incubadora: fija como objetivo aquellos proyectos (en fase inicial) con potencial en el mercado para establecerlos y darles una forma definitiva. Lo hace a través de tres etapas: pre incubación, incubación y post incubación. La primera orienta y desarrolla el plan de negocios; la segunda, observa la evolución y despliega áreas, y la tercera realiza seguimiento, además de velar por el crecimiento y las posibilidades de expansión. Por lo general, una incubadora propone asesorías, capacitación e infraestructura bajo componentes innovadores y tecnológicos.
Aceleradora: su misión es impulsar proyectos en marcha de empresas formadas con inyección de capital a fin de recibir beneficios cuando el producto o servicio esté disponible en el mercado. En pocas palabras, despegar, salir al mercado y atraer capital rápidamente. ¿Cómo lo consigue? Con la información necesaria para diseñar y escalar, así como mentorías adecuadas, red de clientes y financiamiento.
Algunos beneficios
En línea con ello y en el marco de la clausura del programa de incubados y acelerados de Emprende UP, Norberto Hosaka nos detalla cuatro beneficios que ofrecen estas organizaciones para el desarrollo y permanencia de los emprendimientos:
1. Apoyo estratégico: uno de los principales beneficios es aportar con el conocimiento necesario para impulsar los negocios, brindándoles una asistencia práctica en temas contables, financieros, legales, marketing, comercio, etc. De este modo, los emprendedores reducirían los errores durante la ejecución del plan y optimizarían los recursos disponibles.
2. Mentoría especializada: las incubadoras y aceleradoras se adaptan a las necesidades de cada proyecto que impulsan. Por medio de asesorías personalizadas con especialistas en negocios e innovación, los empresarios tendrán la oportunidad de recibir una asistencia de calidad permitiéndoles plantear una estrategia de crecimiento empresarial y aprender las competencias necesarias para el éxito del negocio.
3. Financiamiento: esta es una de las principales preocupaciones de los emprendedores. Estas organizaciones brindan asesoraría sobre el tipo de entidades a las que se puede solicitar financiación o en algunos casos, ellas mismas la ofrecen. De lograrlo, el negocio tendrá un mejor acceso a capital emprendedor, consultoría para postular a fondos y otros recursos de financiamiento.
4. Networking: estas organizaciones cuentan con un acceso directo a los canales de comercialización más adecuados y pueden aportar clientes a las empresas. Además, tienen una red de contactos que permite al emprendedor compartir sus experiencias con otros proyectos de su sector o establecer colaboraciones.
5. Acceso a mercados internacionales: a través de una guía especializada, los emprendedores podrán preparar las condiciones necesarias para operar en el mercado internacional. De esta manera, los negocios acceden a nuevos mercados con la finalidad de crecer empresarialmente y aumentar sus ingresos.
El director de Emprende UP sostiene que a través de los programas de incubación y aceleración buscan crear empresas que atiendan a las necesidades del mercado y logren posicionarse comercialmente.
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